Esto no quiere decir que desde el mundo occidental, democrático y con separación entre Iglesia y Estado, algo que no tiene lugar en los países musulmanes, iniciemos una campaña contra aquellas personas de religión musulmana, pero sí que debemos de tener claro que toda cultura debe partir desde cero y demostrar que respeta los derechos humanos, que tiene unos valores democráticos y de libertad religiosa, comenzando por una separación Iglesia-Estado. Es por eso que se puede decir que la cultura occidental está más avanzada en este sentido y que la cultura musulmana aún tiene mucho, muchísimo que mejorar pues una gran parte de países de mayoría islámica parecen haberse quedado estancados en la Edad media.
Es cierto, el otro gran enemigo de la cultura occidental junto con el islamismo es el laicismo, el cual curiosamente surge como el gran defensor de la difusión del resto de religiones, todas menos la religión cristiana, por supuesto. Y es que bajo esa defensa del multiculturalismo que realiza el laicismo, se esconde soterradamente el intento de defenestrar, despreciar y ocultar las raíces cristianas de España y Europa, que son las raíces de nuestras sociedades occidentales, las raíces que dieron lugar tanto a nuestras libertades individuales y derechos humanos, como a nuestras obligaciones por el respeto a las leyes.
Santiago Ardura
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